EL ANTIGUO RÉGIMEN EN LO ECONÓMICO

 

 

EL MERCANTILISMO

 

 

Mercantilismo es el nombre que los historiadores utilizan para identificar un conjunto de tendencias económicas qué reglaron la práctica económica durante el siglo XVII, cuyo aspecto fundamental era la creencia de que el volumen total de comercio era inalterable. Colbert, financiero francés, afirmó: "El comercio causa un conflicto perpetuo, tanto en tiempos de guerra como de paz, entre las naciones de Europa, en lo que respecta a quién debería llevarse la mayor parte. Los holandeses, ingleses y franceses son los actores en este conflicto". Puesto que una nación podía ampliar el comercio y, por consiguiente, su prosperidad en detrimento de otras, para los mercantilistas la actividad económica era la guerra que se libraba con medios pacíficos.

Según los mercantilistas, la prosperidad de una nación dependía de una fuente llena de lingotes de oro y plata. Por esta razón se deseaba alcanzar un equilibrio comercial favorable, en el que los productos exportados fueran de mayor valor que los productos importados, con lo que se fomentaba un flujo de pagos en oro y plata que aumentaría la cantidad de metales.

Además, con objeto de favorecer las exportaciones, los gobiernos deberían estimular y proteger las industrias y el comercio de exportación, concediendo monopolios comerciales, impulsando la inversión en nuevas industrias a través de subsidios, atrayendo artesanos extranjeros y mejorando los sistemas de transporte con la construcción de caminos, puentes y canales.

Por medio de la imposición de altos aranceles a los productos extranjeros se evitaría que entraran al país, por lo que no habría competencia con las industrias locales. Las colonias también se consideraban valiosas, porque de ellas se extraían materias primas y eran mercado de los productos terminados.

El mercantilismo se concentró en la función del Estado, creyendo que su intervención en algunos aspectos de la economía era deseable en nombre del bien nacional. Se predicaba la práctica de las dones gubernamentales para asegurar la superioridad de los productos de exportación, la construcción de caminos y canales, así como la concesión de subsidios para crear compañías de intervención gubernamental en asuntos económicos.

Resumen de las premisas:

1) la riqueza de los súbditos es lo que hace rico y poderoso al Estado. Es decir, resalta en esa primera instancia un sentimiento nacionalista hacia los recién nacidos Estados, originados por el absolutismo y vincula ese interés por la defensa de éste, con la empresa privada.

2) Sólo el comercio exterior aumenta la riqueza de un país.

 

3) Requiere de la protección del Estado. Los burgueses necesitaban expandirse a través de los océanos, pero lo podían hacer mejor si estaban más protegidos: era la época de los buques a vela, de los corsarios y piratas, de los monopolios estatales. En este aspecto, se nota que, si bien se destaca la defensa del Estado como un fin, es un medio para lograr la prosperidad. Pero al necesitar del mismo, requiere que se consolide un Estado unitario nacional, con un poder fuerte. Por eso vemos la relación entre la monarquía absoluta y la empresa privada en esta primera etapa de consolidación del capitalismo Más adelante, cuando el capitalista quiera sacarse los frenos que le significa la tutoría del Estado -ya no necesita andador para caminar— va a abogar por mayores libertades.